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DE LOBOS Y LEONES CON GRIPE

Gripe aviar en lobos y leones marinos en Uruguay y América Latina.

Cabo Polonio, Uruguay

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Camino a Cabo Polonio desde Barra de Valizas y en lo alto de la Piedra del Franciscano, alcanzan a verse sobre la playa lejanos y desdibujados puntos negros sobre la arena blanca.  Al sortear las dunas buscando el mar, los puntos se hacen bultos que forman una hilera larga que a lo lejos parece llegar hasta la playa norte. A una distancia de 20 metros, un bulto, grande y redondeado –de unos 100 kilogramos– abre un ojo con dificultad. Yergue un poco la cabeza, se agita trémulo, parece venir de una travesía épica, está exhausto; de su nariz se descuelga una sustancia oscura. El animal se deja caer pesadamente sobre la arena, acomoda sus aletas anteriores apretadas contra el abdomen. Sus ojos no brillan.  Diez metros más allá hay otro bulto, un poco más chico, más gris. Tres metros más y hay otro enorme, de unos 200 kilos, una melena gruesa y marrón, se ven las marcas de los carroñeros: los ojos vaciados. Un poco más allá otro ya sin piel, con la grasa blanca exhibida al sol de un día despejado de principios de octubre. Otro sin cabeza, todo el cuerpo al rojo vivo. Más allá hay uno muy chico, a un metro una hembra grande. Otro chico, otro grande, un lobo, un león. Por allí hay uno diminuto, con la piel ligeramente transparente; allá una bolsa amniótica aún cerrada, adentro un pequeño animal completamente formado, un feto. Otro, otro más. La playa está sembrada de cuerpos, de cadáveres, de carcasas, dirían los expertos. Un par de metros más lejos del mar hay otros cuerpos más livianos, son pingüinos, decenas y decenas de ellos. Parece un escenario bélico, como los minutos posteriores a un desembarco militar a sangre y fuego. Pero no, son lobos y leones marinos muertos en las playas que están frente a La Encantada, La Rasa y el Islote, las islas donde habitan amontonados y confundiéndose con las rocas; donde nacen, lactan, mudan de pelo, se reproducen, y descansan.

–Andamos alrededor de los 300.  Hoy [7 de octubre del 2023] enterramos cuarenta y dos. Venimos desde la zona poblada y vamos hasta donde haya cuerpos. Vamos a ir levantando y enterrando, porque la gente también ingresa por Balizas, y no está bueno que estén ahí.

Eso dice Juan Acuña, guardaparques en el Parque Nacional Cabo Polonio. En este día de calor está vestido con un mameluco de plástico blanco, tapabocas, guantes y anteojos de protección. Camina como un astronauta alrededor de la fosa en el pie de una duna.

-Yo nunca había visto tanta cantidad. [ese número] tal vez en dos o tres años, no sé. Pero tantos no, nunca.

Carlos maniobra la retroexcavadora con la que ha abierto la fosa donde arrojaron a los animales, ahora deja caer toneladas de arena y la apisona para cerrar el agujero.  Los dos trabajan para el Ministerio de Ambiente y la intendencia de Rocha en turnos con otros trabajadores para retirar y enterrar a los lobos y leones varados.

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DE AVES A MAMÍFEROS

El 2 septiembre pasado se detectó el primer caso de gripe aviar en un lobo marino varado en una playa de Montevideo.  Se trata de la enfermedad producida por el virus A H5N1 cuyos huéspedes naturales son las aves silvestres y domésticas. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) confirmó entonces que se habían hisopado a 22 mamíferos marinos (lobos y leones), es decir, les hicieron pruebas para detectar e identificar virus que causan enfermedades respiratorias –el mismo tipo de examen que nos practicamos muchas veces los humanos durante la pandemia de Covid 19– . De aquellos animales hisopados 11 resultaron positivos para gripe aviar, influenza que ocasiona en el mundo el sacrificio de cientos de miles de aves de corral y enormes pérdidas materiales. 11 animales marinos contagiados y muertos por un virus que saltó de las aves a los mamíferos. Uno en Montevideo, tres en Ciudad de la Costa, tres en Punta del Este, y tres más en Arachanía y Cabo Polonio.

Para ese principio de septiembre, la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos DINARA y el MGAP insistieron en que no había razón para alarmarse.

De la existencia y circulación de la gripe aviar, el virus A H5N1, se sabe hace más de un siglo. Cada tanto se publican cifras de aves de corral sacrificadas, cuarentenas y suspensiones de exportaciones de aves criadas para el consumo humano. Esporádicamente, desde el final de los 90s, se escucha de humanos en contacto con aves que resultan contagiados con gripe aviar, de humanos muertos. A partir del 2021 las noticias disponibles suelen ser más abrumadores. Entre octubre de 2021 y septiembre del 2022 Europa sufrió la peor epidemia de gripe aviar de su historia: 37 países, brotes en aves de corral, aves cautivas y aves silvestres, 50 millones de aves de corral fueron sacrificadas en un año, está vez hubo 50 veces más focos que en brotes anteriores. Se trata de aves contagiadas por aves.

Aunque antes ha habido reportes de gatos contagiado por aves, las alarmas se encendieron este año, cuando se supo de un brote de gripe aviar en una granja peletera de visones en España. Se cree que el virus llegó por medio de las gaviotas, es decir, saltó de una especie a otra; lo más alarmante es que en aquella granja logró transmitirse de visón a visón, de mamífero a mamífero, lo que terminó con 52.000 animales sacrificados.

En América se reportó por primera vez la circulación del virus en su huésped natural, las aves silvestres y de cría, en 2014 en EEUU; desde entonces, cada tanto ha habido brotes en Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Honduras, México, Panamá, Perú, Argentina, Venezuela y Uruguay.

 

En Asia, el virus es considerado endémico, lo que quiere decir que se convive con la enfermedad durante todo el año, pero en Europa y Norteamérica solo se detectaba en otoño e invierno, con la migración de las aves, para prácticamente desaparecer en verano, como sucede con la gripe en humanos. Desde 2021, sin embargo, ha permanecido transmitiéndose durante todo el año y, recientemente ha llegado también a Sudamérica, donde no era frecuente.

–Lo veníamos esperando –dice Valentina Franco-Trecu, investigadora y científica del departamento de Ecología y Evolución de la Facultad de Ciencias, experta en lobos y leones marinos con una experiencia de más de 20 años de trabajo– Yo venía en contacto con Susana Cárdenas que es la investigadora de Perú, en Perú murieron 6.000 bichos [lobos marinos]. [el virus] fue bajando por el Pacífico y entró al Atlántico, que fue lo que más demoró; en seguida, cuando empezó a subir por Argentina, sabíamos que era cuestión de días para que llegara.

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Según quienes investigan la ruta que ha llevado el virus de las aves hasta los lobos y leones marinos en Sudamérica inició en Perú, donde se dio la primera infección mundial y mortalidad masiva asociada con el virus influenza Altamente patógeno H5N1. El 13 de noviembre de 2022 se detectó por primera vez en aves silvestres en Perú, llegando, según los registros a 22.000 aves muertas en cuatro semanas dentro de áreas protegidas. Eran pelícanos (Pelecanus thagus) y piqueros (Sula variegata ). Para el final del 2022, se estima que murieron unas 50.000 aves silvestres.

Al parecer el camino del virus ha seguido la ruta migratoria de las aves marinas en el Atlántico: de norte a sur.  Estas aves comparten habitad con los lobos y leones, están en constante contacto.  La hipótesis inicial es que los lobos se fueron infectando uno por uno al convivir con aves enfermas o comerse sus cadáveres. Cuando en Perú los lobos empezaron a morir en grupo se planteó, y se sostiene hasta ahora aunque falten pruebas virológicas, que el virus saltó y los lobos empezaron a contagiarse unos a otrosLo que vino, al final de enero, en Perú y después en Chile, fue la muerte de los lobos.

–Cuando [el virus] ya estaba en Mar del Plata y en la costa de la provincia de Buenos Aires –dice Diana Szteren, investigadora también perteneciente al departamento de Ecología y Evolución y experta en ecología y conservación de lobos marinos–  dijimos, ya está, en unos días llega acá, y fue así, en pocos días se empezó a registrar en Uruguay.

A mediados de agosto empezaron a aparecer varados los cuerpos de lobos en las costas argentinas y el virus empezó a moverse rumbo norte. Para 24 de octubre ya se han reportado al menos 164 lobos y leones marinos al sur de Brasil, como se indicó para la prensa desde la alcaldía de Santa Vitória do Palmar, municipio del estado de Río Grande do Sul. Estos lobos hallados en frontera con Uruguay, según las investigadoras de la Facultad de Ciencias, hacen parte de las colonias uruguayas, ya que en Brasil no hay colonias reproductivas, son los mismos animales moviéndose por su enorme habitad.

–El hecho de que este subiendo por el Atlántico – según Valentina Franco-Trecu– prueba que no son las aves las que están moviendo el virus, sino que son movimientos típicos que hacen estas especies [lobos y leones marinos] entre el sur y la parte media de Argentina. Animales de acá en Mar del Plata vemos todo el tiempo, animales de acá en Brasil vemos todo el tiempo, animales que he marcado se ve que tienen ese movimiento, son movimientos que los bichos hacen de manera frecuente.

IMPACTO DIFERENCIAL

Cabo Polonio es visitado por turistas locales y extranjeros para experimentar la potencia del lugar, de las playas, del bosque, para caminar por los médanos y las dunas. Se visita el Cabo para surfear, nadar, hacer yoga y  para caminar por la aldea que hace años se veía como un paraíso desconectado de internet, de la red eléctrica, de la vida del urbanita.  A Cabo Polonio también se va para ver a los lobos finos (Arctocephalus australis)  y los leones (Otaria flavescens) en su casa.  La colonia, única continental de lobos marinos en Uruguay, es junto a la de Isla de Lobos, frente a Punta del Este, es de las más grandes del continente.

–Hace 10 años se estimaba que la población de Otaria, león marino, era de unos 9-10mil individuos. –continua Valentina Franco– La mayoría de ellos están en Cabo Polonio. En Isla de Lobos hay muy pocos animales, nacen unas 350 crías encada temporada. En relación al lobo fino, o Arctocephalus australis es un poco más controversial. Por censos aéreos hemos estimado que nacen unas 40mil crías, lo que daría una población de alrededor de 120 mil individuos. Según las estimaciones de la DINARA, que usan otros métodos, hay unos 300mil.

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La diferencia entre una especie y otra salta a la vista atenta: los leones marinos tienen en sus cuerpos una sola capa de pelos y el hocico corto y aplanado, mientras que los lobos finos presentan una segunda capa de pelo, tienen el hocico afinado y alargado y son de mucho menor tamaño.

El lobo fino sudamericano se distribuye en ambas costas de América del Sur. En el Océano Atlántico, se reproduce y cría en islas de Uruguay, en áreas costeras e islas de las Provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra de Fuego en Argentina, y también en las Islas Malvinas. En el Pacífico también existen concentraciones más pequeñas de lobos en diferentes áreas costeras e islas de Chile y Perú.

En el pasado los lobos marinos fueron cazados para obtener carne, grasa y a los más pequeños se les mataba a golpes de mazo para obtener su piel para fabricar abrigos. Desde finales del siglo XX se fue reduciendo la faena voraz, para finalmente terminar en 1991.

–La preocupación mayor es con una de las dos especies de lobos marinos, con los leones marinos que tiene una población menor y que la mayoría está en la zona de Cabo Polonio, el 90 % de la población está ahí. –dice Diana Szteren– Nos preocupa saber cuánto se extiende en el tiempo esto, cuál va a ser la magnitud y como va a afectar esto a la población no solo este año.  El número de hembras que este año mueran o pierdan a sus bebes va afectar [a la colonia] en años posteriores, el impacto de una población que está decreciendo y que es más baja que la otra se va a seguir viendo a futuro.

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INFORMACIÓN ESCASA, OPORTUNIDADES PERDIDAS

Aunque no se han hecho públicas las cifras actualizadas de los leones y lobos marinos muertos en las playas del Uruguay, ni tampoco se sabe cuántos de ellos fueron hisopados ni cuántos dieron positivo para gripe aviar, se sabe por el rastreo y seguimiento que hacen las científicas desde la Facultad de Ciencias, que se están perdiendo datos valiosos que servirían para entender el virus, su evolución y los riesgos que puede representar para la especie humana.

Y es que, en Uruguay, a diferencia de otros países como Perú donde la SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Agraria) pidió a todos los entes estatales, universidades y ONG’s contribuir a la vigilancia epidemiológica, se está pasando al enterramiento con protocolos de bioseguridad rápidamente sin al menos tomar fotografías de todos los individuos, lo que permitiría a los expertos identificar la especie, el género, la edad.  Tampoco se sabe si se ha continuado hisopando, si lo hacen con todos los individuos.  En el canal de YouTube del MGAP (Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca) en un video emitido en vivo el 15 de septiembre, Enrique Páez, encargado de mamíferos marinos de DINARA conversó con Jaime Coronel director nacional de Recursos Acuáticos, Jaime Coronel decía entonces:

–"Nosotros fuimos viendo la evolución a lo largo de la costa y en función de la evolución epidemiológica tomaron la determinación en cierto punto, de decidir este es el momento donde lo más importante es retirar el virus del ambiente porque eso era y es era lo más importante en este momento; retirando los animales como tal del ambiente estás retirando el virus y estás generando una disminución en el contagio entre animales y en el contagio entre especies. Entonces lo que se ha trabajado es entierros rápidos con las intendencias, con medidas sanitarias, con medidas de protección para quienes son los obreros que van a realizar esa actividad. Están haciéndolo con maquinaria que está levantando esos animales subiéndole a un camión y trasladándolos un vertedero identificado con un cuidado y un manejo de la situación que tiene que tenerse en cuenta y que se ha fijado también ese protocolo con otras autoridades". 

Al proceder de esta manera rápida se está dejando de recopilar información epidemiológica de gran valor, según las investigadoras.

–Se está perdiendo una posibilidad de entender todo esto, esta evolución, cómo viene cambiando y eso acompañado de la secuencia del virus, porque si los síntomas están cambiando es porque el virus está mutando. Por ejemplo, en Perú no se habían registrado abortos, también puede ser porque era una época diferente del año, pero sería interesante aprender de toda esta información. Para eso se necesita tener muestras del virus e información que complemente eso desde el punto de vista de las especies, de la sintomatología. – dice Valeria Franco-Trecu.

También se está perdiendo la oportunidad de entender cómo afecta el virus  a las poblaciones de cada una de las dos especies. Según lo observado por las científicas, los leones marinos, la especie con menor población, es la que podría haber sido más afectada, ya que según sus datos son muchos más los varamientos de leones marinos que los de lobos. Si el virus afectara de igual forma a las dos especies tendrían que verse muchísimos más lobos muertos que leones, ya que la población de los primeros es mucho mayor.

–Es preocupante, –continua Valeria Franco-Trecu­– porque en una población de 7, 8 ,9 mil animales, que no está creciendo, sacar 500 individuos y más aún si son hembras reproductivas, es un problemón. Y esto no ha terminado. Ojalá termine pronto.

Cuando un virus como éste llega y se instala en la fauna silvestre, el manejo se hace más complejo que en el caso de las aves de corral, ya que vacunar y hacer el seguimiento uno a uno de estos enormes animales resulta casi imposible. Más aún, al realizar los conteos de casos (del que no hay cifras públicas en Uruguay) es sencillo intuir el sub-registro, ya que seguramente hay animales muriendo en altamar o en playas aisladas. Tampoco podemos saber si algunos de los infectados han logrado sobrevivir a la enfermedad. El rol de los humanos en esta situación, dicen ambas investigadores, debiera ser el de observar, recopilar información y hacer un seguimiento para entender la evolución del virus, la manera en que se comporta y esperar la “inmunidad de rebaño”, es decir que los animales empiecen a  tener anticuerpos para el virus y dejemos de ver los cuerpos tendidos en las playas. El seguimiento también nos ayudaría a entender y prepararnos de cara a la posibilidad de que el virus no solo salte de animales a humanos, como ha pasado antes, sino que mute y consiga transmitirse de humano a humano.

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ALERTAS SANITARIAS

A principio de septiembre el tema de la gripe aviar en lobos y leones marinos en las playas uruguayas apareció en noticias y comunicados de prensa del MGAP y MA. Para la segunda mitad de ese mes, aunque había más varamientos, dejó de circular información, alertas o recomendaciones. Recientemente, según el MAGP, para atender la emergencia no declarada, se empezó a constituir un equipo interministerial con el MGAP, el MSP, Ambiente, Turismo y Defensa, coordinado desde la SINAE (Sistema Nacional de Emergencias), equipo que intentamos contactar por varias vías sin mayores resultados. La creación de este equipo haría intuir que aún no se ha producido la inmunidad de rebaño y que, aunque no hay comunicación pública al respecto, la situación crítica sigue en desarrollo. 

–El hecho de que no se declare la emergencia sanitaria es un problema, porque tampoco salen fondos de emergencia para ayudar en la divulgación para los turistas o mejorar la situación de los enterramientos y, [ al no declararse una emergencia sanitaria] es cómo que la situación queda un poco solapada –dice Valeria Franco-Trecu.

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El brote en Uruguay no ha afectado la industria avícola ni cambiado el estatus fitosanitario del país que es establecido por la OMSA Organización Mundial de sanidad Animal, y esto no deja de ser importante, ya que según la FAO  “los países de la Región de las Américas producen el 20,4% de la carne de aves y el 10% de los huevos que se consumen en todo el mundo, siendo un sector de gran desarrollo en la Región y de importancia para el sustento de millones de pequeños y medianos productores agrícolas y fuente de proteínas para las familias de varios países de la Región”

Pero lo cierto es que la situación es preocupante en cuanto a la población de fauna silvestre, pero también de cara a la salud pública, a la vida de los humanos.

En última alerta epidemiológica, emitida el 20 de septiembre del 2023 de manera conjunta entre la  OPS (organización Panamericana de la Salud) y la OMS (Organización mundial de la salud)  titulada: Evaluación del riesgo para la salud pública relacionada con los brotes de influenza aviar altamente patógena (IAAP) A(H5N1), clado 2.3.4.4b, en especies animales en la Región de las Américas, se lee:

«Los virus de la influenza animal son distintos de los virus de la influenza estacional humana y no se transmiten fácilmente entre humanos. Sin embargo, los virus de la influenza zoonótica (virus de la influenza animal que ocasionalmente pueden infectar a los humanos a través del contacto directo o indirecto) pueden causar enfermedades en los seres humanos que van desde una infección leve de las vías respiratorias superiores (fiebre y tos) hasta una progresión rápida a neumonía grave, síndrome de dificultad respiratoria aguda, shock e incluso la muerte […] Esta situación plantea inquietudes sobre una posible adaptación del virus para contagiar a humanos con mayor eficacia, ya que algunos mamíferos pueden actuar como reservorios de la gripe, lo que podría dar lugar a la aparición de nuevos virus más dañinos tanto para animales como para humanos»

El 12 de julio del 2023 se leía en comunicado conjunto de la FAO, la OMS y la OMSA al  Dr. Gregorio Torres, Jefe del Departamento de Ciencias de la OMSA.

«Se está produciendo un cambio de paradigma en la ecología y epidemiología de la gripe aviar que ha generado una creciente preocupación a nivel mundial a medida que la enfermedad se propaga a nuevas regiones geográficas y provoca muertes inusuales en un gran número de aves silvestres, así como un aumento alarmante de casos en mamíferos»

Con la información disponible hasta ahora se cree que el virus, altamente contagioso y mortal para los animales, no ha aprendido a transmitirse de persona a persona, como lo hizo el virus causante de la enfermedad del Covid 19, pero la OMS insiste en la necesidad de continuar la vigilancia bien estructurada y coordinada en animales silvestres para identificar cualquier evolución que pueda suponer un cambio importante en la situación.

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TEMPORADA DE PLAYAS

El verano austral está por iniciar y como cada año se espera el arribo de cientos de miles de turistas (según datos abiertos del Ministerio de Turismo el cuarto trimestre del año 2022 se registrados 898.787 visitantes). Para finales de diciembre se espera también que los machos de lobos y leones marinos formen harenes con hasta 15 hembras y den inicio a la temporada reproductiva. Así, las bellas playas uruguayas, sobretodo en el Parque Nacional Cabo Polonio y las inmediaciones de Punta del Este, serán lugar de encuentro de enormes masas poblacionales de humanos y de lobos, lo que puede representar una oportunidad para el virus A H5N1 y también para poner en práctica las recomendaciones internacionales y comunicar por todas las vías posibles la necesidad de disminuir la probabilidad de que los humanos entren en contacto con los animales contaminados.

–Capaz que los primeros días de septiembre [las personas] no estuvieron muy atentas a las noticias, se les pasó y ahora no se está hablando mucho del tema, o que minimizaron la situación y se acercan bastante, nosotras seguimos insistiendo, la distancia mínima de acercamiento debería ser 10 metros. –dice preocupada Diana Szteren.

Distancia. Distancia con los animales muertos, con los agonizantes. Distancia entre nuestros perros y cualquier resto informe tendido en la arena. Distancia mientras conseguimos saber más sobre la evolución del virus. Distancia hasta que el brote se detenga.

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